Hace 5.000 años en Egipto, cuando a alguien le dolía una muela o se le picaba un diente, ¿qué podía hacer para remediar su sufrimiento y dolor? Lo crea o no, en el 3.000 a.C, ya se realizaban extracciones dentales además de tratar inflamaciones y reponer piezas fundamentales, estamos hablando de los orígenes de la odontología.
Hay pruebas de que durante la tercera dinastía egipcia ya existía la figura del cirujano dentista, encarnada en un hombre llamado Hesy-Ra, probablemente un importante dignatario de Menfis, que se ha convertido en el médico egipcio más antiguo de la historia y lo sabemos gracias a un panel de madera encontrado en una tumba del tercer milenio antes de Cristo cuyos restos se encuentran en el museo de El Cairo, bajo una placa que pone “Jefe de dentistas y médicos”.
Se dice que el remedio más practicado en aquella época para aliviar las infecciones dentales era la extracción del diente en cuestión, sin embargo, se dice que los primeros dentistas de Egipto realizaban agujeros a través de la cortical de la mandíbula para aliviar los dolores producidos por abscesos dentales (caries, diento roto, golpes, etc.).
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